La radiestesia usa la capacidad natural de las personas de percibir radiaciones, amplificando la información con ayuda de instrumentos como las varillas o el péndulo.
De esta forma podemos localizar y medir geopatías, campos electromagnéticos y todo tipo de energías y presencias que tienen un gran impacto negativo para nuestra salud, sobretodo en los sitios donde pasamos más tiempo como nuestra casa o lugar de trabajo.

Las geopatías son lugares donde se concentran elevadas radiaciones perjudiciales de origen natural y que proceden del subsuelo.
Permanecer por un tiempo prolongado en espacios con estas radiaciones puede provocar la aparición de síntomas y enfermedades. Estos síntomas pueden ser más frecuentes en aquellos casos en que la cama o el lugar de trabajo estén ubicados justo en la vertical de una geopatía, puesto que ahí pasamos muchas horas de nuestra vida.Los principales tipos de geopatía son provocados por corrientes de agua subterráneas, fallas geológicas, cavidades, redes globales (Hartmann, Curry), vórtices Ying – Yang, chimeneas o vórtices Cosmotelúricos, gas Radón y otras radiaciones (radiactividad del subsuelo). Tras haberlas localizado con el uso de la radiestesia usamos diferentes técnicas para neutralizar los efectos nocivos de estas radiaciones.

Al nivel energetico así como los seres humanos tenemos un campo físico y áurico, las casas también poseen un campo áurico donde van quedando grabadas algunas improntas energéticas positivas y negativas vividas en ellas por sus residentes.
Si en tu hogar has pasado por momentos difíciles de discusiones o problemas de salud (p.e.), necesitará una limpieza de la impregnación negativa que haya quedado grabada en ella, y luego una posterior armonización. Y más importante aún, si vives en una casa donde antes hubieran vivido otras personas, algo a tener muy en cuenta, ya que las energías de los antiguos residentes han dejado impregnaciones en la misma. Es posible que hubiera sufrimiento, odio, violencia física o emocional, tristeza o problemas de diversa índole, emociones y acciones que han ido impregnando la energía de la casa. En estos casos es muy importante realizar una limpieza y armonización para que estas impregnaciones no nos afecten.
Por otro lado podemos tener «energías externas» que limpiar en nuestra casa. La presencia de energías perturbadoras en las viviendas es más común de lo que se piensa, y causa a sus inquilinos todo tipo de desequilibrios, incluso en casos excepcionales cierto miedo ante fenómenos extraños que no tienen explicación aparente.
La mayoría de las veces estas energías pasan desapercibidas porque no son especialmente molestas y porque nos acostumbramos a esa “convivencia energética”, pero sin lugar a dudas son perjudiciales para nosotros. Nos causan a menudo crispación, malestar, decaimiento, falta de energía, insomnio, etc…